Ya estoy preparando tu lecho,
de catre mis brazos tallados.
¡Ay de mí! Cuando te ame en mi pecho
y te ciña a mi canto.
¡Cuánto ansío silbarte al oído!
Coser hilo de fuego entre mi pelo y tu llanto.
Y así contemplarte sereno en mi regazo.
Eres no nato, yo huérfana de manto.
Ora siento el olor de tu piel al desnudo,
mi sangre que corre y ríe en tu aliento.
Acabóse el gozo, sopló la fatiga;
lágrimas de hambre y sed en mi anhelo.
¿Cuánto más esperaré tu llegada?
Veintitrés primaveras he querido, ávida
arroparte en mis latidos,
saciarte lo oscuro; pan y agua.
Me quedaré sentada junto a tu cuna
cantando nanas; aunque hoy existas sólo en mi sueño.
El día que a mí llegues, criatura,
serás poesía en mi seno.
de catre mis brazos tallados.
¡Ay de mí! Cuando te ame en mi pecho
y te ciña a mi canto.
¡Cuánto ansío silbarte al oído!
Coser hilo de fuego entre mi pelo y tu llanto.
Y así contemplarte sereno en mi regazo.
Eres no nato, yo huérfana de manto.
Ora siento el olor de tu piel al desnudo,
mi sangre que corre y ríe en tu aliento.
Acabóse el gozo, sopló la fatiga;
lágrimas de hambre y sed en mi anhelo.
¿Cuánto más esperaré tu llegada?
Veintitrés primaveras he querido, ávida
arroparte en mis latidos,
saciarte lo oscuro; pan y agua.
Me quedaré sentada junto a tu cuna
cantando nanas; aunque hoy existas sólo en mi sueño.
El día que a mí llegues, criatura,
serás poesía en mi seno.
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