Tras una corta visita al médico en un centro comercial (la paradoja del libre comercio) pasé por el baño antes de ir a la universidad. Curiosamente, en una de las paredes al lado del lavamanos, había un sin fín de comentarios en relación a una confidencia que algún usuario indiscreto había dejado. Relataba la dramática situación de una chica, hija de un padre homosexual que abandonó a su madre tras un largo matrimonio. Y pedía consejo.
Respuestas: las que quieras. Que sí, que no, que entiende a tu padre, que llora lo que quieras ... ¿qué necesidad habrá de ir publicando los trapos sucios en las paredes de los baños? ¿Es que tan mierdas nos creemos? Me huele a peligro ...
Y esto es sólo la punta del iceberg. Partimos con Gran Hermano, programa de televisión de gran influencia comunista (léase 1984 de George Orwell). Nos enamoramos de los participantes. Se acabó el programa, lloramos nuestro duelo y seguimos adelante. Continuamos flirteando con Operación Triunfo, una especie de reality correcto, "moralmente correcto" ... del flirteo a la obsesión, de la obsesión a la monotonía y de la monotonía al aburrimiento. Y se acabó el coqueteo. El Chacotero Sentimental (y semental) dejó huella en Chile, más dos películas en cartelera.
A todo esto se suman el Hola, Caras, Cosas y millones de revistas más que inmiscullen en la vida del resto de las personas, sin tener en cuenta su dignidad y libertad para decidir qué quieren contarle al resto del mundo. La degradación de la intimidad partió con el bikini y la minifalda y ha acabado mellando en nuestras vidas. Las mujeres son objetos de deseo y los hombres "calugas" en el abdomen. Necesitamos exponernos para sentirnos valorados. Perdón, debería plantearlo así ... ¿necesitamos exponernos para sentirnos valorados?
Me pregunto qué tan confidencial será Facebook ... si algún día quiero una opinión, la dejaré escrita en algún baño público. Seguro que habrá quorum.
Respuestas: las que quieras. Que sí, que no, que entiende a tu padre, que llora lo que quieras ... ¿qué necesidad habrá de ir publicando los trapos sucios en las paredes de los baños? ¿Es que tan mierdas nos creemos? Me huele a peligro ...
Y esto es sólo la punta del iceberg. Partimos con Gran Hermano, programa de televisión de gran influencia comunista (léase 1984 de George Orwell). Nos enamoramos de los participantes. Se acabó el programa, lloramos nuestro duelo y seguimos adelante. Continuamos flirteando con Operación Triunfo, una especie de reality correcto, "moralmente correcto" ... del flirteo a la obsesión, de la obsesión a la monotonía y de la monotonía al aburrimiento. Y se acabó el coqueteo. El Chacotero Sentimental (y semental) dejó huella en Chile, más dos películas en cartelera.
A todo esto se suman el Hola, Caras, Cosas y millones de revistas más que inmiscullen en la vida del resto de las personas, sin tener en cuenta su dignidad y libertad para decidir qué quieren contarle al resto del mundo. La degradación de la intimidad partió con el bikini y la minifalda y ha acabado mellando en nuestras vidas. Las mujeres son objetos de deseo y los hombres "calugas" en el abdomen. Necesitamos exponernos para sentirnos valorados. Perdón, debería plantearlo así ... ¿necesitamos exponernos para sentirnos valorados?
Me pregunto qué tan confidencial será Facebook ... si algún día quiero una opinión, la dejaré escrita en algún baño público. Seguro que habrá quorum.
5 comentarios:
Muy bueno lo del baño!! tremenda narradora, aunque te pusiste un poco fome con esto de comentar el voyerismo y eso. El tema está más que prostituído según yo. Es como si hablar del liderazgo o la inovación. ¡QUe LATA!
[No sé porque pero me acordé derrepente de una tremenda expresión retórica y gigantesca riqueza y estilo. Fue dicha por Zapatero aquel día del "por qué no te callas?!" del Borbón (en realidad Bourbon). Ese magnifico "no seré yo".]
Ah! y si no ha sido suficiente pelador de cable este comentario.. Gran Hermano me suena más inspirado en "the truman Show" de peter view (quizás me equivoque en el apellido) que en 1894 de Wells. Wells fue socialista asérimo, anti franquista y pro unión sovietica, en ningún caso 1984 (gran año por cierto) ha sido fuente de inspiración de algún reality invasivo, a pesar de las aluciones a este tema. Pero está es mi opinión y, claramente, no tiene porque ser verdad (copia esta oración porque no se va a volver a repetir).
Has puesto el dedo en la llaga, pero pienso que el exponer la intimidad en un baño ( o en un blog) en forma anónima habla de buscar ayuda por no tenerla en otra parte, de soledad, de desorientación.
Un besote, Angie. Buen post
Pablo, qué bueno tenerte otra vez en mi blog!!!! Ya ... dentro de unos 3 comentarios más no me podré taaaaan mamona jajajaja.
Lo de 1984 definitivamente es opinión tuya. Si te fijas, el estado en la novela de Orwell se llama el "Gran Hermano", el que todo lo ve, el que todo lo controla. Se le puso el nombre al reality show en honor al concepto que Orwell quiso exponer en su libro. No lo digo yo, lo dicen los productores del programa jajajaja. Es decir, sí tiene influencia socialista. Me hace gracia pensar que los que abogan por la libertad en televisión, sólo lo hacen en función de los que sacan partido de las inversiones televisivas a costa de las libertades del resto. Pero es un tema "ladrillo" y no estamos para exponer tesis aqui jajajaja.
Un besazo Pablo. A ver si actualizas de una vez... y editamos el libro.
Ostras ... con las prisas me he olvidado de tí, Ale. Definitivamente es desorientación, falta de carácter y madurez a nivel social. Es una especie de promiscuidad del alma. Se exponen las intimidades tanto físicas como metafísicas ... Bueno, es un tema complicado, pero donde se puede ahondar mucho.
Un besazo, a ver si un día hacemos un café.
No tenia idea que los mimos productores del programa habían aceptado inspiraciones orwnianas (seguro que no se dice así). Si me acuerdo del nombre de Gran Hermano en el libro, creo que era como el mandamás del "partido", como una especie de Mao.
Besos Ángeles
Publicar un comentario