He intentado no pegar ojo esta noche. Apuro los minutos intentando vivir ahora. Son las cuatro de la mañana y siento que el tiempo se me escapa de las manos. Tú duermes y yo te miro, porque no puedo dejar de mirarte, porque mañana te pierdo.
Tenemos Barcelona entera a nuestros pies, aunque estés descansado, aunque no lo sepas en este preciso instante; siempre ha sido nuestra. Las luces tintinean y me avisan que los segundos pasan. La radio está encendida aunque no le presto mucha atención. Sigues durmiendo. Me asombras hasta en tu cansancio: pareciera que tu respiración, entrecortada por el vicio a la nicotina, fuera al son de la música que hasta ahora no me interesaba. Es 28 de febrero y tengo que coger un avión. Mañana, 29, nos separarán 10 mil kilómetros, 4 horas, 2 estaciones y un charco enorme. Y aunque mañana será, quizás, un día triste, hoy estoy a tu lado. Hoy soy feliz. Y mañana ... mañana será otro día.
3 comentarios:
Angie querida, yo sé lo que sientes, me pasa lo mismo muchas veces en la vida; me lo paso despidiendome de la gente y lugares que amo aquí en Chile y otros lados; somos ciudadanos partidos por nuestros amores, pero, ¿sabes? ya esta partición de mi misma la he ido superando el último viaje a Alemania. Soy de acá y mi cultura es muy de allá en muchas cosas, pero no, me siento bien detrás de mi cortina de montañas imponentes.
Qué precioso lo dices; expresas esa nostalgia anticipada que duele tanto de un modo muy bello. Eres talentosa, Angie, y más me gusta tu estilo por limpio y honesto.
Un abrazo, y ¡bienvenida a Chile!
Angie!!
Como siempre....brillante!!
Poco más que decirte que no sepas o puedas suponer.
Bueno un fuerte abrazo de parte de toda mi family.
Por cierto muy buena la foto del texto.
Un beso guapa
Snif...sinceramente...
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